El Gobierno colombiano en forma responsable ha asegurado en primera instancia un flujo de dinero equivalente a 14,8 billones de pesos para mitigar la primera fase de la pandemia. Este es un periodo de alta incertidumbre y por tanto las estrategias han sido inicialmente tomar recursos de fondos de estabilización como el FAE que era lo más rápido.
El siguiente paso han sido los créditos con organismos multilaterales como el banco mundial (250 millones de dólares). Una vez agotados estos mecanismos debería pasarse a otros extraordinarios como el préstamo del Banco de la República, pero sin duda seria en una fase posterior. Algunos ya hablan de liberar la regla fiscal colombiana para permitir mayor endeudamiento.
La protección del empleo es esencial. Colombia tiene 22 millones de empleos formales que es en donde deben enfocarse las medidas para evitar el despido masivo. Esto debe lograrse mediante el apoyo al tejido empresarial y a las cadenas productivas. La caja de las empresas tiene una duración de 1,8 meses en promedio.
Si no se sostiene de alguna forma a las empresas se va a generar una oleada de despidos. En Colombia el empleo formal lo produce solo el 1,2% de las empresas (19.000 empresas) y estas son las que aseguran la cadena de producción hacia abajo. Esto incluye no solo a las PYMEs. Se les esta dando liquidez a través de la banca, pero esto claramente colapsará, ya que conlleva un alto riesgo para el sector bancario.
Según la ANDI, el 70% de las empresas están en riesgo de quiebra. Ya hay algunas empresas de diversos sectores económicos que están acogiéndose a la ley de quiebra. Muchas de ellas tienen sus mercados en Europa y Asia y por tanto están en graves problemas. La ley de insolvencia en Colombia (ley 1116) esta siendo revalorada por el gobierno para implementar preacuerdos de insolvencia en los cuales el deudor llega a un acuerdo privado de reorganización con sus acreedores para minimizar el impacto.
Debe existir un balance entre obligar a las empresas a mantener sus nóminas, así como sus obligaciones de pagos, pero si esto no se flexibiliza podrían generarse mayores quiebras y obviamente una oleada de despidos. Se habla de alivios empresariales como la congelación de la deuda, la reducción de salarios, el no pago de parafiscales y de cajas de compensación etc., pero estas medidas también tienen un gran impacto sobre otros actores de la economía.
Por todo lo anterior se hace imprescindible la reapertura de la economía, pero esta debe ser gradual, identificando primero como se van a abrir algunos sectores a través de protocolos de protección para los trabajadores.
Hoy hay un protocolo generalizado para todos los sectores, pero deben generarse lineamientos específicos para abrir progresivamente los sectores que puedan abrirse como la construcción, la confección y algunos servicios.
El país tiene limitaciones, pero también oportunidades en miras a la reactivación económica.
Hoy las medidas son inmediatas y casi intuitivas, pero estas deben ser muy pensadas para que no tengan un mayor impacto futuro.
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