En el marco del Mes del Medio Ambiente y la Sostenibilidad, el capítulo de Sisandes organizó un interesante conversatorio sobre la contaminación electromagnética y los graves efectos que tiene para la salud de las personas.

El principal invitado fue Joaquín Oramas, quien es ingeniero de sistemas y computación de la Universidad de los Andes, se especializó en la Universidad Científica y Médica de Grenoble (Francia) y en el Instituto Tecnológico de Monterrey (México) en informática, sistemas y lenguaje programado.

De acuerdo con el ingeniero Oramas, el concepto de la contaminación electromagnética se refiere a la existencia de una exposición excesiva a las radiaciones del espectro electromagnético (o campos electromagnéticos) generadas por equipos electrónicos u otros elementos producto de la actividad humana, como torres de alta tensión, transformadores, las antenas de telefonía móvil o los electrodomésticos que usamos todos los días en el hogar.

Principalmente, el auge del desarrollo tecnológico de las últimas décadas ha modificado el medio ambiente electromagnético natural que rodea al ser humano. Este fenómeno se produce en su mayoría en los centros urbanos; sin embargo, es difícil encontrar un lugar en el planeta que esté totalmente libre de radiaciones electromagnéticas artificiales.

Según el ingeniero Oramas, en pocos años se ha producido un extraordinario incremento del espectro electromagnético, es decir, en cualquier parte del mundo se encuentran las más variadas frecuencias: desde las más bajas de uso industrial y doméstico (celulares, hornos microondas) hasta las más altas, como los rayos X y los rayos Gamma.

Esta exposición sucede en las viviendas, en el lugar de trabajo, en escuelas, en hogares geriátricos, en hospitales, calles o parques. El problema es que esos campos electromagnéticos tienen importantes efectos biológicos y afectan notablemente la salud de las personas expuestas.

Algunas investigaciones han arrojado que esa exposición puede causar trastornos de sueño, así como ser origen de estados depresivos o desórdenes afectivos. También puede generar la modificación de los niveles hormonales de melatonina, lo cual pude causar enfermedades como el cáncer, indicó Oramas.

Así mismo, esto conlleva a una reducción de la capacidad intelectual y de trabajo, provocando estrés, ansiedad, fatiga y, en general, trastornos neurológicos y psicológicos que causa un elevado riesgo de suicido, así como enfermedades psicosomáticas como la úlcera gástrica y ciertas disfunciones sexuales, comentó Oramas.

Por ejemplo, el ingeniero Oramas explicó que se han presentado casos de electrosensibilidad. Se trata de una condición en la cual un individuo experimenta síntomas desagradables debido a las tecnologías inalámbricas o dispositivos electrónicos.

Esto puede generar perdida de la memoria, dolor de cabeza, náuseas, fatiga, alteraciones cardiacas, vértigo, entre otras afecciones.

“Estas radiaciones artificiales son potencialmente peligrosas para la salud. Actualmente no existe ninguna clase de control sobre su emisión al medio ambiente, ni una legislación acorde a la gravedad del problema”, comentó el ingeniero Oramas.

Un hecho que resaltó Oramas es vivir o trabajar en las cercanías de líneas eléctricas, grandes transformadores o antenas de telefonía, esto supone un elevado potencial de riesgo para la salud, pero otro factor de riesgo lo encontramos en la propia vivienda.

De acuerdo con Oramas, estos son los elementos productores de campos eléctricos y electromagnéticos más habituales en el hogar:

1.Instalaciones eléctricas defectuosas

2.Electrodomésticos

3.Transformadores

4.Computadores y afines

5.Teléfonos móviles

6.Redes wife, bluetooht,LAN, etc.

7.Iluminación

8.Teléfonos inalámbricos

9.Hornos microondas

10.Cocinas de inducción

11.Máquina de afeitar.

12.Secador de pelo.

En conclusión, el ingeniero Oramas recomendó tener mucho cuidado con esos equipos, apagarlos en las noches y, sobre todo, que las autoridades correspondientes creen medidas para su control, porque esto ha causado una instalación indiscriminada de antenas sobre las azoteas de los edificios, escuelas, hospitales y zonas residenciales, lo que genera una polución electromagnética completamente nociva para nuestra salud.