La desigualdad vista desde el sistema de salud colombiano

Septiembre 22, 2021
Café Séneca
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El grupo de desigualdad de Café Séneca, en alianza con los capítulos de Ecoandinos, Poliandes, CAU-abogados, organizó un interesante conversatorio sobre la desigualdad vista desde el sistema de salud colombiano.

Francisco Azuero, profesor asociado de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, fue uno de los panelistas principales del evento. Para Azuero, el sistema de salud colombiano es uno de los pocos que ha contribuido a combatir la inequidad en lo que tiene que ver con la distribución de los recursos.

Entonces, ¿Cómo se ha buscado en Colombia la equidad en el sistema de salud? Según Azuero, existen tres aspectos fundamentales: el aseguramiento universal, que no haya prexistencias para que las personas puedan ser atendidas y que la contribución esté ligada a los ingresos de las personas y no a su edad o su estado de salud.

“En consecuencia, en Colombia existe una triple solidaridad de los sanos con los enfermos, de los jóvenes con los mayores y de los pobres con los ricos, porque todo el mundo va a cotizar según sus ingresos. Lo que recibe de beneficios está ligado directamente con lo que determina el Estado en la unidad de participación”, comentó Azuero.

De acuerdo con el profesor, el sistema de salud ha tenido destacables progresos en el bienestar de la población. Por ejemplo, la esperanza de vida aumentó a los 77 años, la tasa de mortalidad y la tasa de mortalidad materna disminuyeron considerablemente.

Estos son los indicadores de salud de mejora de 1990 y 2011 entre Colombia y el mundo: 

Indicadores de salud, mejoras porcentuales en principales indicadores 1990 -2011 Colombia

Para Azuero, el sistema colombiano ha logrado avances importantes en los accesos de salud, que ha beneficiado especialmente a los sectores más pobres de la población, además la financiación del gasto de salud se ha logrado a través de un esquema redistributivo.

Sin embargo, para Azuero es necesario mejorar la eficiencia en la gestión de los recursos del sistema, porque todavía se presentan oportunidades de desviación de recursos y de corrupción. También comentó que existen amenazas para la sostenibilidad financiera del sistema, que pone en peligro los avances logrados. Para ello, según él, es necesario fortalecer la labor de las entidades de vigilancia y control.

En el conversatorio, también estuvo Carolina Segura, quien es médica con especialización en educación y post-doctorado en salud pública de la Universidad de British Columbia. Ella centró su intervención en cómo está el conocimiento y uso del sistema de seguridad social en salud en Colombia.

De acuerdo con ella, la participación de los usuarios dentro del sistema es muy baja, solo el 60 % de los usuarios tienen algún conocimiento sobre los mecanismos de participación individual del sistema colombiano y solo el 14 % los utiliza. Por ejemplo, en la Guajira, el conocimiento es casi nulo sobre la estructura y el funcionamiento del sistema.

Según ella, la mayoría de la población desconoce que existan niveles de complejidad para la atención en salud. Incluso paramédicos durante el traslado en las ambulancias se han evidenciado errores de traslado por desconocimiento de los niveles de complejidad o especialidad en los centros de salud.

Segura agregó que las personas asisten a los diferentes niveles de atención de forma indiscriminada. De hecho, prefieren asistir al servicio de urgencias que solicitar o esperar una cita por consulta externa. Esto genera que los servicios de urgencias de hospitales III y IV se colapsen con patologías triage I y II que pudieron atenderse en un nivel de menor complejidad.

Ante esta situación, ella recomienda mejorar la capacidad del personal de primera línea de EPS e IPS y reducir su rotación para poder orientar a los pacientes y sus familias y evita retrocesos. También entender que la educación en salud, en cuanto al tema de conocimientos y uso del sistema de salud, es responsabilidad tanto de las aseguradoras, como prestadores y usuarios.

Por último, nos acompañó Luis Jorge Hernández, Doctor y magister en Salud pública, Especialista en epidemiología, director de Investigaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes.

Hernández comentó que el bajo nivel socioeconómico es un factor determinante para contagiarse con Covid.19. Por ejemplo, las localidades de Suba, Kennedy, Engativá y Bosa son las más vulnerables y actualmente presentan el mayor número de casos de personas infectadas que están en una Unidad de Cuidados Intensivos.

Estas personas, según el estudio Covida, de la Universidad de los Andes, son personas que por su trabajo tienen que salir a la calle para ganar su sustento diario, es decir, taxistas, guardias de seguridad, domiciliarios y conductores de servicio público. Por lo tanto, las cuarentenas y los encierros no sirvieron y los casos de contagio aumentaron en toda la ciudad.

Tabla de los comportamientos de los casos positivos de Covid 19 en Colombia: 

Tabla del comportamiento de los casos positivos de Covid en Colombia

Ante este panorama, Hernández recomendó no implementar medidas como la cuarentena, disminuir al máximo la vulnerabilidad socioeconómica y de salud, establecer una renta básica, disminuir la contaminación del aire y entender que la vacuna es solo una parte de la solución a la pandemia. 

Preguntas: 

  • ¿Ustedes creen que el sistema de salud y su organización a partir de la ley 100 del 93 prioriza la igualdad en la prestación de servicio?

Francisco Azuero:

Sí prioriza un principio básico que es el aseguramiento universal. En la medida que se de esa priorización, se contribuye a enfrentar los problemas de inequidad.  Sin embargo, tenemos diferencias en el acceso a la salud en Colombia, en lo que tiene que ver, por ejemplo, con la medicina prepagada. Se trata de un servicio de una calidad superior y solo tiene acceso las clases medias y altas. Entonces, el punto es: ¿Cuál sería la opción de política pública para enfrentar ese problema de inequidad al servicio de salud?

La opción más válida sería asegurar un mínimo de acceso y servicios de salud para toda la población, y al hacerlo, estaríamos ayudando a los más pobres. Las inequidades, de cualquier índole, hay que combatirlas. Eso es lo que ha tratado de hacer Colombia con el Plan de Salud Financiable de la Unidad de Capacitación.  Una ventaja de esto es que ya no se necesita recurrir tanto a la tutela para acceder a estos servicios.

  • ¿En el caso del Covid, existe una base que permita el acceso equitativo a la prestación del servicio frente a esta pandemia?

Luis Jorge Hernández:

El sistema ha respondido a esta emergencia sanitaria. El sistema de salud colombiano es bueno, pero tiene muchas cosas por mejorar. La ley Estatutaria en salud del año 2015 estableció que la salud es un derecho autónomo y el centro del sistema no son las instituciones, sino los ciudadanos, las familias y las comunidades.

¿Qué nos mostró esta pandemia? Que hay que mejorar las acciones de prevención. ¿Por qué fue tan complicado para las aseguradoras hacer pruebas PCR en las casas? Porque no era su lógica. La lógica del sistema de salud sigue siendo asistencialista.

Hay que reconocer que es un buen modelo, pero hay que ajustarlo. Debemos volver a la prevención y reformar los modelos de atención primaria que es el ámbito de la vida cotidiana.

  • ¿Cuáles serían las medidas desde el punto de vista financiero que permitieran mejorar la asistencia equitativa en la población?

Francisco Azuero:

Hay unos principios que están contemplados en la Ley Estatutaria de Salud y uno de ellos es que el sistema debe tener en cuenta las restricciones financieras porque, de lo contrario, vamos a quebrar el sistema. Me atrevo a señalar que el desequilibrio actual tiene que ver con esa falta de responsabilidad de algunos actores.

Por ejemplo, es muy poco ético cuando un médico le insiste a un paciente que debe comprar un medicamento de marca que vale 30 veces más que un genérico simplemente porque el laboratorio lo invitó a seminarios o le dio regalos. Ese tipo de comportamiento antiético se traduce en desperdicio de recursos.

Los pacientes también tenemos que acostumbrarnos a ser responsables con el manejo de los recursos del sistema. Por ejemplo, es una decisión equivocada cuando algunos pacientes van a urgencias por una gripa o un dolor de cabeza. Esto genera que el sistema no pueda responder a las verdaderas necesidades.

  • ¿Cómo reconciliar la salud en ambientes urbanos, que tienen mejores indicadores, con las necesidades de sectores rurales o territoriales donde es difícil la operación del sistema?

Carolina Segura:

Esta es una pregunta que nos lleva a los determinantes sociales, porque estos marcan las diferencias en los territorios en Colombia. Por lo tanto, el tema principal es la educación. Se pueden construir UCI, pero si la población no es capaz de identificar que es una urgencia o las medias básicas de cómo evitar un contagio, el sistema se va a sobrecargar.

La respuesta a esos inconvenientes no solo debe venir del sistema de salud, sino debe venir de los diferentes sectores, como el educativo, trabajo o transporte. Definitivamente, se deben reconocer los esfuerzos que se han hecho, especialmente en la pandemia. Estos son esfuerzos que construyen.

  • La judicialización del sistema ha sido un fenómeno a través del cual muchos colombianos acceden a la prestación de servicios; sin embargo, el gasto al ser ordenado por un juez no siempre sigue un criterio clínico. ¿Cómo se podría buscar que lo ordenado por los jueces responda a una necesidad clínica real y sea una herramienta para la reducción de inequidades?

Luis Jorge Hernández:

Uno pensaría que el modelo tiene que funcionar. Cuando se recurre a lo legal es porque el modelo no está funcionando y las personas tienen que recurrir a la vía de tutela para que se respeten sus derechos.  De hecho, el 70 % de las tutelas son casos que debería garantizar el sistema.

Hay que ajustar el modelo. Tener 40 EPS es muy complicado, por lo que es un sistema fragmentado y lo hace más costoso. También tenemos mucha segmentación, es decir, poblaciones de primera y de segunda. El sistema tiene inequidades que hay que reconocerlas. La red publico privada vive de los enfermos y no de los sanos.

Debemos mantener las personas sanas, es el objetivo. Por lo tanto, es necesario corregir las rectorías del sistema, rescatar ese gobierno territorial, la planeación y los consejos territoriales en salud. Para ello, debemos estar todos, los estudiantes y la academia para ayudar a reformar el sistema y que sea mucho mejor para todos los colombianos.

En el conversatorio también se debatió sobre cómo mejorar el desconocimiento que tiene la gente sobre el sistema de salud, las evidencias de las inequidades en el sistema y los aspectos de mejora en un futuro.

Si quieres profundizar en este tema, te invitamos a que veas el conversatorio completo: