Edgar Allan Poe – Maestro del relato corto

Julio 13, 2021
Cultura

Edgar Allan Poe fue uno de los mejores cuentistas de todos los tiempos. Para otro de los grandes especialistas del género, el argentino Julio Cortázar, Allan Poe fue el gran maestro del relato corto, o cuento literario, moderno. No solo revalorizó este subgénero narrativo, no suficientemente considerado hasta ese momento, con sus escritos teóricos sobre él, sino que lo revitalizó en su práctica literaria, al escribir muchos cuentos que poseen una gran fuerza expresiva y una no menor calidad literaria.

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Poe tuvo una infancia traumática y, en consecuencia, una vida muy complicada. Perdió a sus padres, actores de teatro itinerantes, cuando contaba apenas 2 años de edad. El niño pasó a ser tutelado y educado por John Allan, un acaudalado hombre de negocios de Richmond, y su esposa; de 1815 a 1820 vivió con ellos en el Reino Unido, donde comenzó su educación. Las relaciones de Poe con su padre adoptivo fueron conflictivas. Después de regresar a Estados Unidos, siguió estudiando en centros privados y asistió a la Universidad de Virginia, pero en 1827 fue expulsado por comportamiento impropio, debido a su afición al juego y a la bebida. Su padre adoptivo le consiguió un puesto de trabajo muy aceptable, pero lo abandonó pronto. Y lo encontramos en Boston, donde publicó anónimamente su primer libro, Tamerlán y otros poemas (1827).

Su inestabilidad vital lo llevó a ingresar en el ejército, en el que sirvió dos años. En 1929 publicó su segundo libro de poemas, Al Aaraaf, y también consiguió, por influencia de su padre adoptivo, un cargo en la Academia Militar de West Point, de la que a los pocos meses fue expulsado por negligencia en el cumplimiento del deber.

En 1832, y después de la publicación de su tercer libro, Poemas, se desplazó a Baltimore, donde contrajo matrimonio con su prima Virginia Clemm, que tenía entonces 14 años. Un hombre desubicado en la vida se casa con una niña sin ninguna experiencia. Pero lo que prometía ser una catástrofe no solo no lo fue, sino que parece que ayudó a centrar al hombre y al escritor, pues en esa época entró como redactor en un periódico de la ciudad, en el que fue publicando narraciones y poemas, y del que llegó a ser director para convertirlo en el más importante del sur del país. Más tarde colaboró en varias revistas en Filadelfia y Nueva York, ciudad en la que se había instalado con su esposa en 1837.

En la prensa comenzó una importante labor como crítico literario. Por su agudeza y sensibilidad fue muy incisivo y, con frecuencia, escandaloso, lo que le granjeó cierta notoriedad, pero también muchos resquemores. En todo caso, sus originales apreciaciones acerca del cuento y de la naturaleza de la poesía eran acertadas y brillantes, y acabarían siendo aceptadas por toda la crítica posterior. En 1840 publicó en Filadelfia Cuentos de lo grotesco y lo arabesco; obtuvo luego un extraordinario éxito con El escarabajo de oro (1843), relato acerca de un fabuloso tesoro enterrado, muy en la línea de su temática predilecta, igual que el poemario El cuervo y otros poemas (1845), que llevó a la cumbre su reputación literaria.

La larga enfermedad de su esposa convirtió la última parte de su matrimonio en una experiencia amarga. Cuando ella murió, en 1847, se agravó su tendencia al desorden en su vida, acuciado ahora, además de por los problemas de siempre, como la falta de dinero, por el de la soledad e indefensión ante una sociedad con la que él no lograba sintonizar. Un día fue hallado inconsciente en una calle de Baltimore, el 3 de octubre de 1849; lo ingresaron en un hospital, donde falleció pocos días más tarde. Tenía 40 años.

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Obra literaria

La figura del escritor, tanto como su obra, marcó profundamente la literatura de su país y puede decirse que la de todo el mundo. Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa y, a través de ésta, en el surrealismo, pero su impronta llega mucho más lejos: a Edgar Allan Poe le deben mucho autores tan dispares e importantes como Charles Baudelaire, William Faulkner, Franz Kafka, Lovecraft, Arthur Conan Doyle, Guy de Maupassant, Julio Verne, Thomas Mann, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, quien hizo una traducción acertada de casi todos sus textos en prosa, además de escribir extensamente sobre su vida y obra.

La contribución más importante que hizo Poe a la literatura fueron los relatos cortos. Se anticipó a la creación de novelas de ciencia ficción y fue el precursor de la novela policíaca. En esta línea, alcanzó gran popularidad con las historias detectivescas protagonizadas por el caballero Auguste Duping, como Los crímenes de la calle Morgue, La carta robada y El misterio de Marie Roget. Su dominio técnico del tiempo narrativo es asombroso, perfectamente adecuado al género detectivesco y de terror, que cultivó con frecuencia. Es autor de una única novela corta, La narración de Arthur Gordon Pym (1838), que por la abundancia de detalles macabros que contiene y su desenlace indescifrable siempre fue una obra muy polémica.

Entre los cuentos que pueden catalogarse de fantásticos y de terror, hay que destacar: Manuscrito hallado en una botella, El gato negro, El pozo y el péndulo, La caída de la casa Usher, El entierro prematuro, El retrato oval, El corazón delator y Ligeia, entre otros. Son relatos escalofriantes, llenos de oscuro simbolismo, que han fascinado a generaciones enteras de lectores y escritores.

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Su muerte

El gran misterio de la vida de Allan Poe es su muerte. Nadie explicó convincentemente por qué apareció en una calle de Baltimore delirando y vestido con la ropa de otra persona, después de llevar días en paradero desconocido. Ni siquiera tenía que estar en Baltimore, donde ya no vivía. Iba en tren de Richmond a Nueva York, de vuelta a su casa después de un viaje en busca de dinero y apoyo para una nueva revista literaria que quería lanzar, The Stylus. Nadie sabe por qué Poe se paró en Baltimore ni qué hizo exactamente entre el 27 de septiembre y el 3 de octubre de 1849, cuando fue encontrado con apariencia de estar drogado o borracho. Murió cuatro días más tarde en un hospital. Se ha especulado con que fue víctima de la diabetes, tumores, rabia, sífilis o sobredosis de tranquilizantes. Pero no faltan otras versiones: un escritor como Poe, maestro en el campo del misterio así como en la recreación de atmósferas de terror; que en su obra narrativa se movió entre crímenes, asesinatos y todo tipo de acciones violentas (por algo fue el pionero de la novela negra), no podía quedar al margen del mundo sórdido que logró crear en sus cuentos.

Sea como fuere, la obra de Poe está muy por encima de su biografía, y el tiempo fue enalteciendo más su dimensión de escritor hasta el punto de que en Estados Unidos su figura es reivindicada por las gentes de los distintos lugares en que vivió, que fueron bastantes. Poe nació en Boston, se crio en Richmond, decía que era de Baltimore, pasó por Filadelfia y triunfó en Nueva York, donde vivió en el sur de Manhattan, en una casita de madera en el Bronx, rodeado de ovejas. Hoy se pelean por demostrar quiénes tienen más huellas de Poe y quién entendió mejor su alma.