En el marco de las iniciativas lideradas por el área de Emprendimiento e Impacto Social de la Asociación, existe una conmovedora propuesta que va más allá de los hilos y las agujas. Juan Diego Castillo, un Uniandino comprometido, ha emprendido una tarea al tejer prótesis mamarias para mujeres que han pasado por procedimientos médicos y, debido a limitaciones económicas o de salud, optan por no someterse a implantes, eligiendo en su lugar prótesis tejidas con amor las cuales se donan en diferentes clínicas de la ciudad.

Este gesto solidario no solo se dirige a mujeres que han enfrentado el cáncer de seno, sino que también se extiende a los más pequeños que luchan contra enfermedades similares. Su destreza en el tejido cobra vida al recrear un chigüiro, a través de un muñeco llamado “Paco”. Cada uno de estos muñecos se convierte en un símbolo de compañía y apoyo para cientos de niños, acompañados por un libro que narra la conmovedora historia de cómo Paco ha sido un fiel compañero en sus procesos médicos.

El nombre “Paco” no es simplemente una elección casual. Más bien, es un reflejo de paciencia y compañerismo, teniendo la intención de que Paco esté allí para “pacompañar” a cada niño en su proceso.

En un evento el pasado 12 de diciembre, se determinó que estos tejidos con propósito pasarán a formar parte del Capítulo de afinidad Café Séneca, consolidando así la conexión y compromiso de la comunidad Uniandina con esta causa. La iniciativa no solo se limita a la confección de prótesis y muñecos, sino que también ha sido una oportunidad para reconocer el esfuerzo y dedicación de los voluntarios involucrados.

Durante este encuentro, se otorgaron diversos reconocimientos a aquellos Uniandinos cuya labor y compromiso han destacado en la promoción de la empatía y el bienestar comunitario. Este evento se convierte en un testimonio vivo de cómo la comunidad puede unirse para marcar la diferencia y tejer juntos un futuro más solidario y compasivo.

Tejidos con Propósito es un ejemplo tangible de cómo la creatividad, el compromiso y el amor pueden fusionarse para brindar apoyo a aquellos que más lo necesitan. Juan Diego Castillo y todos los voluntarios involucrados han tejido un lazo indeleble entre solidaridad y comunidad, demostrando que cada puntada puede marcar la diferencia en la vida de quienes enfrentan desafíos médicos y emocionales.