El capítulo de Cabalgandes, conformado por un grupo de voluntarios egresados de la Universidad de los Andes que aman montar a caballo, cumple 24 años de formación este año. Julio Andrés Chaparro, perteneciente al capítulo, nos contó sobre su historia, cómo fueron esos primeros recorridos, las experiencias vividas, lo que significa cabalgar y los retos en esta nueva coyuntura.

¡Bienvenidos! 

¿Cómo fue el inicio de Cabalgandes? ¿Cómo se formó?

Cabalgandes fue una idea de Hernando Rivas, quien fue el creador de Caminandes. En 1996, él estaba en Estados Unidos y al regresar empezó a idear la forma de cómo hacer algún tipo de integración con su gran pasión: los caballos. Por lo tanto, en marzo de 1997, se creó Cabalgandes, junto a un grupo de personas que estaba congeniando con la misma idea y empezaron a hacer actividades entre cabalgatas.

La primera cabalgata que ellos hicieron fue en Chía en 1997. Desde ahí el capítulo ha empezado a impulsar nuevos espacios para integrar a la comunidad uniandina.

¿Cómo fueron los primeros recorridos y qué actividades hacían aparte de cabalgar?

El grupo era muy entusiasta y divertido. Ellos se reunían para hacer distintas cabalgatas con diferentes temáticas. Llegaron a hacer recorridos de integración y socialización de solteros. También ellos empezaron a tener varias salidas a lo largo del país. Normalmente las cabalgatas eran de tres horas en un día y se encontraron, por ejemplo, que en Villa de Leyva había sitios para hacer eventos específicos. Entonces todo eso ayudó a que Cabalgandes tuviera más sitios y recorridos para las cabalgatas.

¿Hablamos sobre las cabalgatas nocturnas? ¿Cómo fueron?

Las cabalgatas nocturnas empezaron a tener éxito debido a que se integraba mucho el caballo con el licor. Había una integración y se organizaron lunadas a lo largo de los caminos. Por ejemplo, había una ruta por La Calera y la gente empezaba a cabalgar tipo 10:00 p.m. hasta las 2:00 a.m. entre 10 a 15 personas. Se volvió un plan más romántico y divertido, aunque también había otras cabalgatas nocturnas que se han venido haciendo en Yerba Buena, donde se hace más una lunada.

¿Cuál fue el lugar que más les gustó visitar y por qué?

El capítulo ha tenido varias generaciones. Hay un sitio en común que reúne a todos y que vienen desde los inicios y es Ráquira Silvestre. El grupo de Cabalgantes fue el que inauguró ese sitio y hasta el día de hoy es un lugar que nosotros cada año frecuentamos en agosto o en noviembre. Prácticamente todos los que somos del capítulo hemos estado en ese lugar.

¿Qué significa para ustedes cabalgar?

Cabalgar es el contacto con la naturaleza, cabalgar es tener la oportunidad de convivir no solamente con el caballo, sino con gente apasionada y aventurera. Cabalgar es la mejor excusa para reunirse con amigos y tener una visión diferente del mundo, expresarse y salir de esa rutina. Cabalgar es algo fundamental y en este tiempo de pandemia se extraña mucho eso.

¿Con qué palabras definirían a los caballos?

Principalmente con nobleza, trabajo, elegancia, categoría y oportunidad. Los caballos no solamente son nuestros fieles compañeros de camino, sino también una terapia para poder salir de problemas. Es un animal que nos ha acompañado siempre, es una pasión y una oportunidad para reunirse. Tantas cosas que los caballos significan para nosotros que la verdad me quedo corto de ideas.

¿Cuáles son los retos y proyectos que tienen pensado a futuro?

Adaptarnos a la virtualidad no ha sido sencillo porque nosotros somos más de tener contacto con la naturaleza y reunirnos con amigos, pero afortunadamente tenemos a nuestra líder que es Sandra Cuesta. Ella ha sabido liderar el capítulo en esta coyuntura, a ella le ha tocado un tema muy complicado y sobre todo que no es algo rutinario para nosotros el hecho de estar encerrados. Ella ha tenido mucha paciencia y ha sabido sortear todas estas dificultades y ya como vamos a salir, lo vamos a hacer con prudencia y seguramente lo haremos muy bien.

Por último, un mensaje a todos los Cabalgandes por el aniversario 24

Ante todo, darle las gracias a toda la gente que ha hecho parte del capitulo en estos 24 años. En todo este tiempo el capitulo no solo ha servido para tener amigos, sino que en Cabalgandes encontramos una familia y la familia siempre se respalda. Mi agradecimiento a la junta actual, a Giovanny Rodríguez, Diana Hernández, Raúl Rodríguez, José Cardozo, Sandra Cuesta, Adriana Arbeláez y Pilar Torres.

Todos los que han pertenecido a Cabalgandes han dejado una huella y los que están ahora buscan aprovechar ese camino, sembrar y dejar nuevas huellas. Cabalgantes ha sido algo muy especial para la vida y un sitio feliz.