El lunar de la Semana Santa

Marzo 29, 2022
Astroséneca
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Escrito por Sergio Lleras/Astroséneca 

Diversas culturas han celebrado fiestas colectivas asociadas con los cambios de las estaciones. Las evidencias históricas abarcan los últimos 5000 años. Aunque el movimiento pendular del sol sobre el horizonte a lo largo del año permite establecer puntos máximos para los solsticios y el punto central de los equinoccios, muchas culturas se regían por calendarios lunares de 12 o 13 lunaciones anuales, definidas por reyes o sacerdotes.

Roma estableció desde el año 46 ADC el calendario juliano de 365 días y un año bisiesto cada cuatro años. 17 siglos después, el Papa Gregorio XIII introdujo el calendario usado hasta el presente, acogiendo recomendaciones de la Universidad de Salamanca, destinadas a fijar con mayor precisión la duración de los años y fijar  fechas para las fiestas religiosas.

Al parecer, algunas fechas, como la Navidad se fijaron con criterios pragmáticos. Esa fecha correspondía a una tradición romana de más de 12 siglos del “Sol Invictus”, instituida por el Emperador Aureliano a finales del siglo V de nuestra era cristiana, para reverenciar el triunfo de nuestro astro sobre la oscuridad a partir del solsticio de invierno.

La Semana Santa no logró afianzarse en fechas exactas dentro del calendario papal. ¿Por qué? Al parecer, la Iglesia no deseaba generar conflictos con las fiestas populares. La principal, quizás era la celebración del comienzo de la primavera, cerca del equinoccio vernal.

Sin embargo, las fechas exactas dependían más de las fases lunares, habitualmente con la última luna llena de febrero. El Vaticano parece haber escogido un compromiso pragmático. Fijó la Semana Santa con la primera luna llena posterior al equinoccio de primavera. Contando 40 días hacia atrás desde el lunes de dicha semana se determinaba el “Miércoles de Ceniza”, comienzo oficial de la Cuaresma.

En consecuencia, las celebraciones de los carnavales debían terminar el martes anterior. Lo interesante es que la Semana Santa nunca interferirá con una celebración de luna llena en el equinoccio, pues los días festivos religiosos siempre serán posteriores.

Así pues, la Iglesia Católica, que con gran esmero científico impuso el calendario solar gregoriano sigue utilizando desvíos lunares para su Semana Santa, con un pacífico respeto hacia los jolgorios previos a la cuaresma. Porque los rituales se rigen más por la tradición y las liturgias que por bases astronómicas.