¿El teletrabajo llegó para quedarse?

Agosto 12, 2020
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¿Cuál será el futuro del teletrabajo en Colombia? ¿Están dadas las condiciones en el país para continuar con esta modalidad? ¿Qué riesgos puede representar para los trabajadores y trabajadoras?

Son tantas las inquietudes que despertó la explosión repentina de esta forma laboral, con la llegada del coronavirus, que incluso, hay proyectos de ley que buscan regularla. El principal objetivo, es cuidar la salud, los derechos y la unidad de los trabajadores, así como evitar que los empleadores les traspasen cargas y responsabilidades propias como la provisión de herramientas y los gastos adicionales de luz, gas, teléfono y conectividad.

Especialistas en relaciones de trabajo advierten sobre el riesgo de que el teletrabajo implique una nueva forma de flexibilización laboral.

En medio de la emergencia sanitaria por la pandemia de la COVID-19 y las medidas de aislamiento preventivo, esta estrategia laboral tomó mayor fuerza en el país partiendo de la recomendación del Ministerio de Trabajo al sector público y privado para adoptarlo. También se ha convertido en una alternativa para mantener la generación de empleo y la productividad de las empresas durante la cuarentena.

El Gobierno ha reiterado los requisitos y obligaciones que las empresas deben tener con los empleados a quienes se les asigne laborar bajo esta modalidad, entre ellos, se recomienda una visita previa para evaluar las condiciones de salud ocupacional y una jornada laboral flexible. Al tener en cuenta las restricciones de movimiento, la adopción masiva de nuevos espacios y la responsabilidad de evaluar las condiciones laborales.

 

Retos

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Si bien en el país existe desde hace tiempo una norma para regular y promover el trabajo en casa, esta modalidad no estaba del todo implementada.

Uno de los impactos positivos es que los empresarios se han dado cuenta, que pueden considerar prescindir del arrendamiento millonario de espacios.

A partir de allí, se  propone que se compartan responsabilidades y privilegios, porque ya que las empresas se ahorrarán las facturas de servicios o arrendamientos, sería justo que les transfieran esos recursos a los empleados, ya que ellos en sus casas tienen que consumir más servicios públicos.

Esta idea cobraría sentido, ya que según el Decreto 1072 del 2015, al teletrabajador no se le reconoce el pago de un auxilio de transporte, debido a que sus actividades no requieren gastos de movilidad. La idea sería replantear el aporte del transporte por un alivio en los servicios públicos.

El Covid-19 forzó al mundo a crear nuevas tecnologías y actualizarse en otras para que la economía no llegue a un colapso total. Así como el teletrabajo, que llegó para quedarse, vendrán muchos otros avances a los que las personas se van a acostumbrar y van empezar a usar en su vida diaria.

#UniandinosNoSeDetiene